Vista de la exposición en el Centro Cultural Marcos Varcárcel, Ourense 2018
Comisariada por Xisela Pastoriza



El estudio de la vida cotidiana sería una empresa completamente ridícula, y estaría sobre todo condenada a no entender su objeto, si no se propusiera explícitamente transformarla
Guy Debord, Perspectivas de modificación consciente de la vida cotidiana (1961)


La ergonomía es una ciencia que investiga la interacción de las personas en sus aspectos físicos y psíquicos con los objetos con los que entran en contacto, en este proyecto, principalmente en el ámbito doméstico. Pero la ergonomía no funciona del todo bien, quedan resquicios, quedan huecos de adaptación. Me interesa esta relación del hombre con los objetos, esta relación recíproca que desemboca en un gestual humano determinado. El objeto se convierte en el sustento de cierto hábitos, ciertas maneras de habitar el espacio y define de algun modo nuestro comportamientos rutinarios.

Que igual que nos adaptamos a los espacios y aprendemos a transitarlos de forma útil, estos espacios están diseñados para adaptarse a nuestras necesidades en una suerte de correspondencia. Así con los objetos domésticos, los que utilizamos día a día, razón por la cual pasan desapercibidos, sucede lo mismo.

Como comenta Baudrillard en El sistema de los objetos: De esta manera la forma del objeto “abraza” la mano. (…) Hoy en día el cuerpo de hombre no parece encontrarse allí más que como la razón abstracta de la forma acabada del objeto funcional. La funcionalidad, por consiguiente, ya no es imposición de un trabajo real, sino la adaptación de una forma a otra (de la manija a la mano) y, a través de ella, la emisión, la omisión de los procesos reales de trabajo.

De cómo vivimos nuestra cotidianidad, de cómo nos adaptamos y de cómo el diseño intenta adaptarse a nosotros, de cómo esta disciplina educa nuestra forma de movernos. De cómo revalorizar lo cotidiano y lo doméstico, lo íntimo, infravalorado frente a lo público.

Esta muestra parte de la pieza Aniversario, conformada por 25 adaptadores para lápiz, este utensilio define perfectamente una costumbre de educación serializada respecto al uso de los objetos de nuestro entorno. Como persona que sujeta de manera incorrecta el lápiz, muestro 25 adaptadores, que son los años que llevo escribiendo o dibujando "erróneamente". A partir de esta instalación introductoria, se exponen una serie de ejercicios de adaptación en los que el cuerpo cerámico o el cuerpo humano juegan con un material como son las redes de fruta a adaptarse de una forma perfecta, sin resquicios, sin margen de error.